En Santuario siempre quisimos trabajar para una
universidad y qué gusto fue haber ganado una de las más grandes del país. Una U que puso la vara muy arriba en creatividad. Por eso quisimos regresarla a sus principios. Manifestos contados de forma emocional, con un enfoque diferente a lo que hacen otras universidades.
Vemos el lado humano, nos atrevimos a cambiarle el significante a una palabra “negativa” y le enseñamos a la gente a adueñarse del tiempo. Cada día nos divertimos con esta cuenta porque cree en nosotros y nosotros creemos en ella.